Montaña zapatista en altamar
Isla Mujeres, 3 de mayo, día de la Santa Cruz
De seguro ya habrán visto fotos y narraciones muchoooo mejores de les compas como Luis y Fortino, que la noche misma, entre zancudos, Bob Marley, reguetones y turistas gringo europeos, se desvelaron preparando sus historias entre café, cervezas y un entusiasmo que contagiaba hasta las piedras.
Ya no digamos las fotos e historias de “Enlace Zapatista.”
En Isla Mujeres, hasta los taxistas menos “politizados” saben que la Delegación Zapatista anda en sus tierras.
La Montaña ya ha entrado al alta mar, ya va lejana de Isla Mujeres, surcando el Caribe y luego el Atlántico en su largo viaje de unas seis semanas hacia la España de abajo, concretamente al Puerto de Vigo en Galicia.
Entre yates veraniegos y turistas nacionales y extranjeros La Montaña se prepara
para iniciar su viaje, discretamente, al fondo de uno de los muelles de Isla Mujeres
para iniciar su viaje, discretamente, al fondo de uno de los muelles de Isla Mujeres
La delegación zapatista, lista para su partida, se despide de activistas y medios independientes que desde Chiapas y otros lugares de México y el mundo han venido a despedirles.
Últimas palabras y entrevistas, minutos antes de la partida.
La Montaña levanta anclas y zarpa. La poderosa Montaña arranca motores desde un puerto de yates.
El viejo y algo despintado buque-velero contrasta con los elegantes y vistosos navíos recreativos de turistas gringos y europeos y ricos mexicanos. Pero al arrancar recordamos la sabiduría de ignorar las apariencias: La Montaña salió con una fuerza y a una velocidad sorprendentes. Así inicia un viaje de ¿10 mil kilómetros? hacia el Puerto de Vigo en el Estado Español.
El viejo y algo despintado buque-velero contrasta con los elegantes y vistosos navíos recreativos de turistas gringos y europeos y ricos mexicanos. Pero al arrancar recordamos la sabiduría de ignorar las apariencias: La Montaña salió con una fuerza y a una velocidad sorprendentes. Así inicia un viaje de ¿10 mil kilómetros? hacia el Puerto de Vigo en el Estado Español.
La foto salió mojada porque íbamos casi nadando detrás de la Montaña. Y es que ese viejo y centenario velero pesquero, casi contemporáneo al que inmortalizó Moby Dick, luego le pusieron motor y ahora, ya convertido en Montaña, sí que jala. Y como al Félix, que le gusta meterle recio a la chancla, Ludwig el Capitán de el Montaña, se arrancó con todo, según dicen, para mejor enfrentar las tormentas que se vienen…
Aquí vamos, en una lancha al límite de su velocidad, siguiendo La Montaña.
Un par de compañeras soplan el caracol y cantan con el tambor para animar la travesía.
Un par de compañeras soplan el caracol y cantan con el tambor para animar la travesía.
La Montaña entrando a altamar.
En unos minutos llegaremos al límite de nuestra lancha y tendremos que
dejar que elpoderoso buque siga su largo camino.
En unos minutos llegaremos al límite de nuestra lancha y tendremos que
dejar que elpoderoso buque siga su largo camino.
Emotivo intercambio en altamar.
La delegación zapatista nos despide desde cubierta mientras nosotres,
desde las lanchitas hacemos nuestro mejor esfuerzo para
agradecerles su esfuerzo por hacer esta gira a Europa y desearles buen viaje.
La delegación zapatista nos despide desde cubierta mientras nosotres,
desde las lanchitas hacemos nuestro mejor esfuerzo para
agradecerles su esfuerzo por hacer esta gira a Europa y desearles buen viaje.
¿A Europa?
Much@s curiosos y compas no muy cercanos a la lucha zapatista nos preguntan del viaje, de por qué se van a Europa cuando hay tanto que hacer en México y qué van a hacer allá. Tratamos de contestar como sigue, usando los comunicados del Ejército Zapatista (EZLN).
Empezamos diciendo que el 2 de mayo “La Montaña” inició el largo viaje. “Montaña” es el nombre de barco que transporta a una delegación zapatista que viaja desde Isla Mujeres, Quintana Roo, México, hacia el Puerto de Vigo, en la Provincia autónoma de Galicia, España. “La Montaña” tardará de seis a ocho semanas en cruzar el Atlántico. La delegación zapatista lleva una encomienda fundamental y ambiciosa: la lucha por la vida.
¿Lucha por la vida?
El EZLN informa que esta delegación busca encontrarse con pueblos y comunidades en Europa que, como los pueblos maya zapatistas, también luchen y resistan. Buscan así tejer un lenguaje común de rebeldía que sea mundial, lo que es cada vez más necesario y urgente, y empiezan por España un largo recorrido que busca ir a los cinco continentes.
En su comunicado “Por la vida”, dicen:
“Hacemos nuestros los dolores de la tierra. La violencia contra las mujeres; la persecución y desprecio a los diferentes…; el aniquilamiento de la niñez; el genocidio contra los originarios; el racismo; el militarismo; la explotación; el despojo; la destrucción de la naturaleza.”
El capitalismo, sigue el EZLN, es el “responsable de estos dolores.” Es un “verdugo explotador, patriarcal, piramidal, racista, ladrón y criminal.”
La delegación que cruza el Atlántico ha sido ya invitada a dialogar en 30 o más regiones o países de Europa, desde Portugal hasta Rusia y desde Grecia y Turquía hasta Noruega. Van a intercambiar palabra. Dicen ser el virus de la rebeldía. Su propuesta es radical: “No es posible reformar este sistema, educarlo… domesticarlo o, humanizarlo.” Hay que “luchar, en todas partes y a todas horas –cada quien en su terreno-… hasta destruirlo por completo.”
El Ejército Zapatista anunció que esta delegación será seguida por otras, incluyendo representantes del Congreso Nacional Indígena. Por ahora van cuatro mujeres, dos hombres y “una otroa”. Le llaman “Escuadrón 421”. Clara referencia al Escuadrón 201 mexicano que luchó en la Segunda Guerra Mundial contra nazis y fascistas. Pero hoy, el Escuadrón 421 zapatista enfrenta una batalla muy otra. Su potencia quiere formar un tejido mundial de movimientos que desafíe desde abajo y a la izquierda la actual crisis civilizatoria. El EZLN no se anda por las ramas: “La supervivencia de la humanidad –dice- depende de la destrucción del capitalismo.” Por eso, afirman, “no nos rendimos, no estamos a la venta y no claudicamos.”
La meta en Europa es asombrosamente ambiciosa. Casi un “delirio” –dicen- aunque les alienta la “certeza” de que “la lucha por la humanidad es mundial”. Pues si “la destrucción en curso no reconoce fronteras, nacionalidades, banderas, lenguas, culturas, ni razas”, “así la lucha por la humanidad es en todas partes y todo el tiempo.”
Buscan además desafiar la historia. En palabras del Subcomandante Insurgente Moisés: “Estamos siguiendo la ruta… (de)… hace 500 años” pero “en este caso estamos siguiendo la ruta para sembrar vida”, “no como hace 500 años” que fue “lo contrario”.
La Montaña, el navío que transporta a la delegación zapatista es un “velero histórico” llamado Stahlratte, o Rata de Acero en alemán. Tiene 118 años de edad, pero está en excelentes condiciones, según el portal de la Empresa “Grupo Volund”. Fue esta empresa quien le instaló un motor diésel en los años 60s. Tiene bandera de Alemania y una tripulación de cuatro personas de ese país y una de Colombia. ¿Quién paga este viaje? Eso nos preguntan –a veces con mala leche-- personas que no quieren o que no entienden a los y las zapatistas. Pero no hay mano negra ni gato encerrado. No hay millonarios que nos manipulan y mueven las cosas debajo de la mesa. El viaje lo pago yo, lo paga Rosa, lo paga Grietas en el Muro y las Mujeres de la Sexta, lo paga Grietas del Norte, lo paga la RUA y Café Zapatista, lo paga la Otra Europa y Retiemble Madrid; lo pagamos miles y miles de colectivos y personas solidarias que entendemos y nos inspira la experiencia zapatista, que a coro gritamos “otro mundo es posible y está en construcción” y que tampoco nos rendimos. El viaje lo pagan, principalmente, las comunidades maya zapatistas que a pesar de ser pobres y sencillas cuentan con una imaginación y voluntad tan grandes como el que más. Así se van tejiendo voluntades y las cosas van saliendo.
Por eso, la delegación zapatista fue despedida con multitud de eventos en México y otros países del mundo. Como vimos arriba, en Isla Mujeres –o Casa de la Madre Ixchel-- decenas de entusiastas seguidores les desearon buen viaje entre sonrisas, consignas, cantos y llanto. La Montaña salió velozmente, pero la despedida siguió en el mar, con lanchas que la siguieron por más 30 minutos.
Así inician los pueblos maya zapatistas una nueva etapa en su larga lucha, que creemos, es la lucha de la humanidad toda.
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